Guía para montar la tabla de picoteo perfecta

Guía para montar la tabla de picoteo perfecta
Guía para montar la tabla de picoteo perfecta
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Food Trucks
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Si tenéis una cena informal con amigos y no tenéis tiempo para cocinar, la mejor idea es montar unas tablas de picoteo para que cada invitado pueda elegir lo que más le gusta.

Ahora se le llama finger food, pequeños mordiscos que se comen con las manos. Pero las propuestas no dejan de ser las tablas de picoteo de toda la vida. Clasificadas por tipo, para que podáis encontrar las que más se adapten a vuestro paladar:

Tabla de brochetas y banderillas

Las banderillas son una forma de finger food tradicional. Pensadas para combinar con orden distintos elementos, existen grandes clásicos como la Gilda (piparra, aceituna y anchoa) que con su acidez encurtida es un aperitivo ideal para despertar las papilas gustativas. Os proponemos tres brochetas frescas para empezar.

-Ensalada en banderilla. La propuesta es en realidad una base sobre la que realizar variaciones, pero el ejemplo de ensalada ensartada puede ser pinchar aceitunas, tomates cherry, hojas de albahaca, mozzarella, pimiento rojo y rabanito. Lo más difícil es preparar una buena vinagreta (de vinagre de manzana o vinagre de sidra por ejemplo) que lógicamente debe añadirse al final, justo antes de servir.

-Caprese en banderilla. La ensalada Caprese es ya un clásico universal, con tan solo tres elementos se consigue un equilibrio fantástico entre la lacticidad del queso, la potencia aromática de la albahaca y el dulzor controlado del tomate cherry. Fácil de hacer y probablemente guste a todos los invitados.

-Melón con jamón en banderilla. Otro plato clásico reconvertido al formato mini y empalado. Trocitos de melón (lo ideal es que todos sean de la misma medida si es posible) envueltos en jamón (la calidad del jamón es importante en este plato). Se puede incluir la albahaca, pero desde luego es totalmente opcional. 

Tabla de snacks de hojaldre

Los hojaldres son también una alternativa para ofrecer pequeños guisos o elementos cocinados para comer con las manos. Gracias a que tanto su contenido como su continente son comestibles, al final de la cena hay menos platos que limpiar y además, a casi todo el mundo le encanta morder un hojaldre crujiente y resultón.

-Pulpo con patata. No hace falta cocer el pulpo en casa, -aunque de esta manera se asegura que sea de calidad- y simplemente se tiene que preparar un puré de patata aromatizado con un poco de romero. Se deposita en la base de una tartaleta o voul au vent y el pulpo cortado a trozos para terminar.

-Bikinis de hojaldre. Los bikinis son otro clásico de los bocadillos nacionales. En este caso, en lugar de pan de molde se puede elaborar con un par de láminas de hojaldre sobre las que se extiende una mezcla de jamón york, queso y un poquito de mantequilla. Se enrolla y corta longitudinalmente para que queden piezas de tamaño asumible para un único comensal. Quince minutos de horno fuerte o hasta que la masa haya subido y se haya dorado convenientemente. Se pueden pintar con un poco de yema de huevo justo antes del horno para lograr un dorado más espectacular.

-Hojaldre con tomate. Esta propuesta es muy fácil. Cuadrados de hojaldre sobre los que se deposita una fina lámina de tomate con cebollino picado. Se hornea y listos para degustar.

Tabla de mini sándwiches

Los bocadillos esponjosos y bien rellenos también son una opción ganadora. Si tenemos opción, lo mejor en bocadillos calientes es plancharlos en el último momento pero tampoco es imprescindible.

-Sándwiches a la plancha. Lo importante en este caso es combinar generosamente en el relleno una buena proporción de vegetales (por ejemplo, la rúcula o incluso los brotes de espinaca y un poco de tomate) y una parte de proteína animal que puede ser jamón con queso. La salsa marcará la diferencia, una propuesta es un poco de mayonesa combinada con mostaza a la antigua: un toque untuoso junto con la acidez picante de la mostaza. Nota: cortar en cuatro partes cada sándwich, se trata de picotear con las manos y uno o dos bocados es la medida perfecta para cada viaje hasta nuestra tabla.

-Vegetales de verdad. Es habitual encontrarse pollo entre los ingredientes de un sándwich vegetal, una paradoja que no hace falta que se vaya a reproducir. Este bocadillo es sano, fresco, ligero y muy sencillo de hacer: pepino en rodajas finas y una salsa tipo tzatziki griego (yogur, menta y limón).

-Mini hamburguesas. Las mini hamburguesas son fáciles de hacer y siempre triunfan porque además de ricas son graciosas y festivas. Es importante comprar panecillos de calidad, mejor si pueden ser de panadería y no los ultra procesados que vienen dentro de bolsas de plástico. Un buen pan marca la diferencia. Sobre la hamburguesa una buena loncha de queso tipo cheddar y bacon y cebolla. Todo un clásico en formato bocado.

Tabla de salmón

El salmón es en si mismo una categoría de picoteo. Bien sea el salmón fresco al que un ligero golpe de horno en gratinado puede dar una cocción perfecta o bien el salmón ahumado que a muchos es de lo primero que les viene a la memoria cuando se habla de tablas, picoteo y disfrutar.

-Salmón fresco con queso gratinado. Esta propuesta se elabora con salmón fresco, que se corta en tiras finas -sin ninguna espina- y se colocan sobre rebanadas de pan. Por encima, un poco de queso y gratinar el conjunto. El calor del gratinado cocina el salmón pero lo deja jugoso y un poco de cebollino picado por encima aporta un poco de frescor vegetal.

-Canapés de salmón con salsa tártara. Para hacer la salsa tártara hace falta mayonesa con mostaza, alcaparras, aceitunas y cebolla muy picada. Mezclar todo para que sirva como base sobre la que depositar las láminas de salmón. Unos blinis son un buen soporte, aunque hay quien prefiere una base más crujiente tipo tostada.

-Bocadillo de salmón ahumado con queso quark. Una combinación diferente: salmón ahumado con queso quark (acidez) y hojas de menta para refrescar.

Tabla de quesos

Los quesos siempre funcionan, aunque para salirse de lo habitual se pueden combinar con fruta. Muchas veces en los restaurantes los sirven acompañados con mermeladas también.

-Quesos con higo. En este caso, con unas hojitas de menta para el queso tipo crema y unas pipas de calabaza con pimentón de la Vera para el queso más curado tipo emmental.

-Quesos con uva. Con uva, así sin más.

Tabla de tostadas o montaditos

-Montadito de aguacate y de pico de gallo. La rebanada será de aguacate o de guacamole en función de si al maravilloso fruto verde de textura untuosa se le agrega algún tipo de chile, cilantro y cebolla picada. En todo caso, se debe procurar aliñar con un poquito de zumo de limón para evitar que se ennegrezca rápidamente. Para el pico de gallo, solo hace falta pelar y cortar en dados -sin las semillas- un buen tomate y también un pimiento rojo. Aderezar con sal, vinagreta y un poco de cilantro.

-Tostada de setas con requesón. Esta combinación queda mejor con tostadas, ya que el gusto caramelizado de las setas salteadas en una cebolla previamente caramelizada combina a la perfección con la textura crujiente y los sabores tostados. El punto original se obtiene añadiendo por encima un poco de requesón desmigado, que aporta un toque láctico y cremoso. También se puede servir otro queso fresco como la mozzarella, por ejemplo.

-Huevo de codorniz con espárragos. Otro clásico en tamaño bocado para comer con los dedos. Tened cuidado al abrir los huevos de codorniz. El truco está en rascarlo por la mitad con un cuchillo dando la vuelta, para que la parte central se debilite y se parta bien cuando se casquen. Se fríen en un instante -en aceite de oliva virgen- y se acompañan con las puntas de los espárragos salteadas brevemente para que no pierdan la textura crocante. Salpimentar y a disfrutar.

Tabla de curados

-Bresaola y cecina. Los curados como el jamón siempre son un recurso ganador, aunque para salir un poco de la zona de confort es conveniente poner en la tabla ingredientes como la cecina o la bresaola. Combinarlos con frutas ácidas como el physalis permite ir limpiando el paladar entre bocado y bocado.

-Jamón con rúcula y queso. Y para el jamón, una propuesta diferente en la que se combina con el ligero picante herbáceo de la rúcula sobre una tostada y bajo una capa de queso mozarella -o similar- gratinado.

Y para terminar... una tabla de postres 

-Frambuesas con albahaca y queso. Sobre unas tostadas, se extiende un queso en crema de calidad y sobre el mismo se ponen las frambuesas y unas hojas de albahaca. Atención, un poco de pimienta molida en el último momento le queda espectacular.