Boniato: diez formas de cocinarlo

Boniato: diez formas de cocinarlo
Boniato: diez formas de cocinarlo
Food Trucks
Desactivado

Tal vez muchos todavía asocian el boniato con la festividad de Todos los Santos, cuando en algunas comunidades se come cocido al horno acompañando a las castañas y también a los panellets, en el caso de Cataluña.

Pero el boniato da mucho más juego, por eso está cada vez más presente en la cocina de los restaurantes, quizás también influidos por la llegada hace unos años de la cocina peruana, que lo utiliza, por ejemplo, en los cebiches que en poco tiempo han colonizado las cartas de nuestros establecimientos de restauración. Sí, por si a alguien le quedaba todavía alguna duda, el boniato es aquella rodaja de color naranja que acompaña al pescado y el maíz en el cebiche y que los peruanos llaman camote, y en otros países, patata o patata dulce.

El boniato del cebiche está simplemente hervido, que es una de las formas de cocinarlo, de las muchas que podemos utilizar para consumir este tubérculo típico del otoño, tan accesible, económico y nutricionalmente interesante, ya que es una fuente excelente de carbohidratos, fibra, potasio, calcio, betacarotenos, vitaminas C o B, entre otros.

Su sabor dulce lo hace ideal para la preparación de postres, pero también en platos salados, donde muchas veces puede sustituir a la patata.
A la hora de comprar boniatos, debemos fijarnos que tengan un aspecto firme, sin manchas ni zonas blandas, de tamaño medio o pequeños, ya que quedan más dulces y se cuecen antes. Debemos guardarlos en un lugar fresco y oscuro, mejor en la nevera.

Diez formas de cocción

Hoy os contamos diez maneras diferentes de cocer los boniatos, y cómo utilizarlos en diferentes recetas. Sólo remarcar, como curiosidad, que si queremos reforzar su dulzor para utilizarlos en postre, debemos cocer los boniatos a baja temperatura. Y, en todos los casos, el boniato debemos cocinarlo bien, porque si no es indigesto.

Puedes encontrar recetas para preparar el boniato con todas estas cocciones en este artículo de Gastronosfera, donde encontrarás preparaciones para aperitivos, platos principales o postres con este tubérculo.

En el horno

Es la manera más común de cocinar el boniato, para comerlo tal y como sale del horno para acompañar a las castañas y los dulces típicos de Todos los Santos.
Calentamos el horno a 180º C, y mientras tanto limpiamos bien la piel, que suele contener rastros de tierra, frotándola con un cepillo si hace falta. Podemos cocer los boniatos enteros directamente sobre una bandeja, o envolverlos con papel de plata, y necesitarán entre 40 y 60 minutos para estar bien cocidos, según sean de tamaño medio o gruesos. Pinchándolos con una brocheta larga nos aseguraremos de que estén hechos por dentro.

El boniato cocido al horno lo podemos comer tal cual, a cucharadas, simplemente abierto por la mitad, o lo podemos regar con miel, canela, piñones u otros frutos secos, etc.

Boniato al horno

Para preparaciones saladas, podemos asar el boniato, cortándolo por la mitad de arriba abajo. Lo aliñamos con sal y pimienta y un chorrito de aceite y lo cocemos al horno precalentado a 200º. Tardarán unos 30 minutos en estar cocidos, y una vez hechos, podemos convertirlos en un puré, para acompañar carnes o pescados, añadiendo mantequilla y leche, o bien aceite de oliva, para hacerlo menos espeso, sal y pimienta y las especias que más nos gusten, como haríamos con un puré de patatas. O hacer una crema, añadiendo un caldo, o bien abrirlos y rellenarlos con una mezcla de carne y verduras, como haríamos con una berenjena.

En el microondas

El microondas permite una cocción más rápida, aunque seguramente menos sabrosa. Los boniatos deben lavarse bien, pincharlos con un tenedor o un palillo y ponerlos dentro de un estuche de silicona o sobre un plato tapado con una tapa para microondas. Según el tamaño, y cocidos a máxima potencia, tardarán alrededor de diez minutos en estar cocidos, y los podemos utilizar para las mismas preparaciones que cocidos en el horno.
Por ejemplo, por una ensalada de patata, boniato y remolacha.

En la tostadora

Al igual que ahora están de moda las tostadas con aguacate, hace unos años se hicieron muy populares las llamadas sweet potato toast, es decir, tostadas de boniato, como alternativa saludable a otros tipos de desayunos. No con el boniato sobre la tostada de pan, sino el boniato como tostada, es decir, como soporte tanto de ingredientes dulces (miel y requesón, crema de chocolate, fresas, etc.) como salados (aguacate, jamón, huevo, crema de queso). Tiene menos hidratos y calorías que la tostada de pan, aportando muchas más vitaminas y minerales.

Para preparar estas 'tostadas', sólo tenemos que pelar el boniato y cortarlo en rodajas no muy gruesas, de medio centímetro, y ponerlas en el tostador como hacemos con las rebanadas de pan. La primera vez deberemos ponerla dos o tres veces, hasta ajustar el tiempo que necesita a nuestra tostadora para quedar cocido pero no demasiado blando, para que funcione como tostada.

Hervido

Junto con la cocción al vapor, es quizás el método de cocción más sencillo, y no hace falta explicarlo demasiado: pelamos el boniato, lo cortamos en dados regulares y lo ponemos en una olla con agua hirviendo con sal, hasta que esté blando. Es la forma más fácil para preparar una crema o puré.
Pero también podemos cocerlo entero, una vez pelado, si queremos hacer rodajas como las que acompañan al ceviche, y que podemos utilizar también como acompañamiento de un guiso o de una carne o pescado a la plancha, sin añadir grasas.

Boniato hervido

Al vapor

Obtendremos un resultado muy similar que si hervimos el boniato, con la ventaja de que no perderá ninguna de sus propiedades diluidas en el agua de la cocción y, por tanto, mantendrá mejor todas sus nutrientes.

A la plancha

Para cocinar los boniatos a la plancha, debemos pelarlos y cortarlos en rodajas, que tanto pueden ser transversales como longitudinales. Las salamos o salpimentamos al gusto y las ponemos a cocer sobre una plancha o sartén antiadherente engrasada con aceite o mantequilla, a fuego medio, para que no se tuesten demasiado por fuera y queden crudas por dentro. Cuando estén hechas de una costado, las giramos y acabamos de cocer por el otro, hasta que se puedan pinchar con facilidad.

Tanto podemos utilizarlas de guarnición como si fuera una rebanada de pan para poner una guarnición encima. También podemos consumirlas solas, por ejemplo con una salsa pesto por encima, o con una rebanada de queso puesta por encima cuando las giramos sobre la plancha.

Cortando las lonchas muy finas y pasándolas por la plancha, podemos preparar una lasaña de boniato en la que éste sustituya a la pasta.

Frito

A dados, en forma de bastones o de gajos, podemos cortar  el boniato como la patata y freírlo en aceite caliente para utilizarlo como aperitivo o acompañamiento. Las patatas fritas las podemos sustituir perfectamente por boniato cortado en forma de bastones largos y fritos, sólo debemos tener en cuenta que el boniato es más dulce que la patata y, por lo tanto, quizás necesitará un punto más de sal o de salsa.

Cortado en dados o en forma de gajos, podemos preparar una versión de las patatas bravas con las mismas salsas que seguro que sorprenderá. O bien preparar una tortilla, cambiando las patatas por boniato.

Boniato frito

Salteado

Saltear las verduras les aporta un sabor extra que no obtenemos si las cocinamos al vapor o hervidas, al tiempo que incorpora menos grasas. Para que se cueza más rápido, lo rayaremos, lo cortaremos en juliana o en dados no demasiado grandes.

Podemos hacer de esta manera un salteado de boniato con cebolla y tocino, sobre el que podemos poner un huevo frito o escaldado. O bien incluir el boniato en un salteado de tipo oriental, con otras verduras como pimiento verde y rojo, cebolla y berenjena, todo cortado en juliana y salteado unos minutos en el wok con un chorrito de aceite, y acabado con salsa de soja. También podríamos poner pollo, salmón o langostinos.

En chips

Los chips de verdura están de moda desde hace tiempo, y los de boniato están muy ricos. Buscaremos ejemplares pequeños, los pelaremos y rallaremos con una mandolina, bien finos, o con un cuchillo afilado que nos permita cortar fino.

Los freímos en abundante aceite, por tandas, los ponemos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite y salamos. Tendremos un magnífico snack para el aperitivo.

Guisado

El boniato se puede incluir en cualquier guiso, como haríamos con la patata, tanto si guisamos unas legumbres (lentejas estofadas, por ejemplo) como si hacemos un estofado de carne. Debemos pelarlo y cortarlo en dados o en rodajas, como preferimos, y añadirlo a la cazuela. Sólo debemos tener en cuenta que se va a cocer un poco antes que la patata, y aportará dulzor al plato.