TinGana

El amor por el ceviche y el Km. 0 en la gastrotaberna TinGana
TinGana
TinGana
27 Septiembre, 2016
Núria Bonet Icart
TinGana es una gastrotaberna dónde el producto de temporada y Km. 0 se transforma en un festín de tapas creativas y sabrosas. Sus ceviches compartidos en un ambiente divertido y desenfadado son su mayor reclamo.

Enric Granados es, quizás, una de las calles con más chic de Barcelona. Con sus galerías de arte, sus tiendas de diseño y su cada vez mayor y selecta oferta gastronómica. Se trata de una gran elección para ubicar esta gastrotaberna. TinGana abrió sus puertas la pasada primavera con la intención de servir tapas creativas y platos para compartir en un ambiente único, divertido.

Su cartel circense a la entrada nos invita a penetrar en este mundo de juego culinario, dónde las bravas se flambean a la mesa y los huevos de avestruz son marca de la casa.

Aquí, la carta va variando según temporada, y es por ello que ahora será tiempo de setas, de hortalizas y castañas. Su carta se nutre de producto de calidad y de Kilómetro 0, una tendencia al alza que defienden los propietarios del local, Eduardo Castro y Alejandro Peghin.

“Es el tipo de restaurante al que nos gustaría ir, dónde puedes comer bien y normal”, aseguran entre risas ambos socios. Y es que la tendencia al minimalismo mal entendido y a la cocina de influencia oriental hasta la sopa, empieza a saturar a los barceloneses.

Pero, ¡ojo! No hablamos de que aquí se limiten a servir una escudella bien hecha, que también. En TinGana uno de sus platos estrella es el ceviche; el ceviche en sus múltiples variantes: salvaje con leche de coco o costeño de gambas sobre plátano frito.

Entre sus entrantes, la burrata merece capítulo a parte: la importan de Bianchini, la localidad italiana de dónde se dice que procede este manjar. Nos insisten en que hay que probar las croquetas “d’avui” (de hoy, en catalán), que pueden ser de jamón, de rabo de buey, de pollo o de lo que se le antoje al cocinero, pero siempre con un rebozado voluminoso y crujiente.

Los huevos son otro apartado que triunfa en su carta, pensada para compartir. El huevo de oca o el huevo con butifarra del perol son algunos de sus reclamos. Y la tingana de salmón -un lomo de salmón marcado con salsa teriyaki y un acompañamiento de arroz- y el Clandestino de Pedrito -una filloa rellena de secreto ibérico, solomillo de ternera, setas shitake y espárragos trigueros- son dos de sus especialidades más solicitadas.

Para terminar, una tarta casera que entra por la vista: lemon pie, red velvet o cheesecake… ¡de sabores! De cookies, de Nutella, de dulce de leche, de Pantera Rosa,… no subestiméis la imaginación del maestro pastelero.

TinGana ha apostado por una decoración ecléctica, en la que destaca la calidez de la madera mezclada con una iluminación industrial y moderna. Baldosas con diseño vintage y sillas tubulares conforman un espacio que invita a la distensión.

El local cuenta también con un privado para hasta doce comensales, con un gracioso jardincito interior. Allí se puede degustar una especialidad de la casa: un guiso con patata, butifarra de perol, butifarra negra, jamón y un enorme huevo de avestruz en medio, servido en una gran paella. El espectáculo está asegurado.

Enric Granados, 149
08008 Barcelona Barcelona
España

932 00 71 46

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