Carbón, el rey de los dulces

Carbón, el rey de los dulces
Carbón, el rey de los dulces
Food Trucks
Desactivado

La época navideña nos trae muchos recuerdos de infancia. Uno de ellos nos remite, sin duda, a la mañana del 6 de enero, cuando nos despertábamos deprisa para correr hacia el árbol y descubrir qué regalos nos habían dejado los Reyes Magos de Oriente. Entre aquellos presentes no faltaban nunca los dulces y las chocolatinas y, si nos habíamos portado mal durante el año, el temido carbón.

Muchas de estas golosinas se siguen comercializando, conservando su packaging y su estética vintage. Como la lata de sardinas, las botellas de cava, los cigarros, los lápices, las sombrillas y las monedas, todas ellas elaboradas con chocolate ya sea negro, con leche o blanco. Es habitual encontrarlas en las ferias navideñas y de Reyes, junto con  los bastones de caramelo, las figuritas de los tres reyes, los ajos o las gominolas en infinidad de formas, sobreviviendo al paso de los años y haciendo las delicias de pequeños y adultos.

El rey de reyes

Pero si hay un rey entre las golosinas típicas de esta fecha ese el carbón, un dulce que es toda una tradición arraigada en España y en algunos países hispanoamericanos. El carbón que los Reyes Magos dejan actualmente a los niños más traviesos es de azúcar pero en sus orígenes era carbón real, en realidad un bien muy preciado por las clases humildes ya que era el combustible que les permitía dar luz y calentar sus hogares.

Aunque existen matices distintos en la leyenda, la historia cuenta que el carbón está formado por las cenizas del incienso y la mirra que Melchor, Gaspar y Baltasar regalaron al niño Jesús. Su origen tiene lugar en un personaje llamado Carbonilla, un paje que tiene como misión vigilar a los niños durante el año e informar a los Reyes Magos de su comportamiento para así poder decidir si recibirán regalos o carbón.

Existe otra versión, que se remonta a la tradición anterior al siglo XIX, cuando los reyes regalaban objetos de utilidad a los niños: ropa y zapatos (Melchor), golosinas, miel y frutos secos (Gaspar) y carbón o leña para castigar a los más revoltosos (Baltasar).

Sea cual sea la historia, y a pesar de esa cariñosa connotación de castigo, recibir carbón y comerlo (con moderación, que ya sabemos que el azúcar en grandes cantidades no es saludable) siempre ha gustado a los más pequeños, y también a los mayores. Es un elemento que se ha instaurado en nuestra iconografía navideña y, por eso, también solemos ver el carbón en las cabalgatas de Reyes, compartiendo protagonismo con los caramelos en carrozas y comparsas.

El carbón tampoco se ha escapado de la evolución gastronómica y actualmente se comercializa en otros colores: verde, azul, amarillo... todo dependerá del colorante alimentario (que se encuentra fácilmente en tiendas de repostería) utilizado. Aquí os dejamos una sencilla receta para preparar vuestro propio carbón de Reyes. El color elegido, sea negro tradicional o un innovador arcoíris de colores, ya es cosa vuestra.  

La receta del carbón dulce de caramelo

Ingredientes:

Para la glasa: 200 g de azúcar glas, 1 clara de huevo, 1 limón y colorante negro (en polvo o gel).

Para el almíbar: 350 g de azúcar y 120 ml de agua.

Elaboración:

1. En un recipiente, mezclar la clara de huevo con unas gotas de zumo de limón.

2. Añadir poco a poco el azúcar glas mezclando bien, agregar el colorante suficiente para teñir la masa y remover continuamente hasta que quede uniforme y espesa.

3. En un cazo, calentar el agua con el azúcar hasta que espese y se forme un almíbar.

4. Cuando el almíbar alcance unos 130 ºC, añadir la glasa (o glaseado real) y remover hasta que se forme una espuma.

5. Volcar esta mezcla en un molde rectangular y dejar enfriar. Una vez solidificado, partir el bloque de carbón dulce en trozos.