5 sitios para comer calamares fritos en Madrid

5 sitios para comer calamares fritos en Madrid
5 sitios para comer calamares fritos en Madrid
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Cañadío

Foto: Cañadío.

Cañadío es la sucursal madrileña de un conocido establecimiento de Santander que lleva el mismo nombre y el primero de los que ha abierto su propietario, Paco Quirós, en Madrid. Se completa el grupo con La Maruca, La Primera y La Bien Aparecida. Como es lógico, dado su origen santanderino, las rabas (patas de calamar fritas) son su gran especialidad. Tampoco conviene perderse otras especialidades de la casa como las croquetas de chorizo de Potes, las anchoas de Santoña o los estupendos buñuelos de merluza.

Conde de Peñalver, 86.

Sukaldean Bai

Abierto recientemente, pertenece al grupo Bokado, creado en 1996 en San Sebastián por los hermanos Jesús y Mikel Santamaría, impulsores de la llamada cocina en miniatura. Esta casa, a un paso de Cibeles, cuenta con dos barras en la entrada y otros tantos comedores interiores. En su amplia y variada carta destacan unos excelentes calamares fritos, bien tersos y con un rebozado ligero e impecable. Imprescindibles.

Alcalá, 55.

De la Riva

Toda una institución en Madrid. Abierta en 1932, hace casi veinte años se hizo cargo de ella su actual propietario, Pepe Morán, que la ha mantenido en estos tres lustros con el mismo espíritu de su fundación: el de una casa de comidas ilustrada, de las que van quedando muy pocas. En su sencillo y abigarrado comedor, siempre abarrotado, se congrega un público variopinto que va desde altos ejecutivos y políticos hasta jubilados del barrio que llevan comiendo allí desde su juventud. Entre sus especialidades, los platos de cuchara, la casquería y sobre todo unas rabas que merece mucho la pena probar.

Cochabamba, 13.

El Pescador

En la misma Puerta de Toledo, este bar tradicional lleva cerca de 70 años sirviendo algunos de los mejores calamares fritos de Madrid. Bien en el popular bocadillo, bien como ración. Las bravas son otra de las especialidades de esta casa, muy bien hechas y con una salsa cuya receta guardan como un secreto. La oferta se completa con otras tapas bien clásicas como boquerones fritos o en vinagre, croquetas o champiñones al ajillo. Como está cerca del Rastro, los domingos el local se llena y cuesta hacerse un sitio en la barra.

Ronda de Toledo, 2.

Sin Sombrero

Foto: Sin Sombrero.

Javier Goya, bien conocido por su restaurante El Triciclo, es el asesor gastronómico de este restaurante en el que se apuesta por una cocina sencilla a partir de un producto de temporada de calidad. En su carta destacan una serie de entradas clásicas como la ensaladilla, las croquetas o las bravas (al estilo barcelonés, con alioli), pero lo mejor son las rabas de calamar que se acompañan con una mayonesa de alioli.

Paseo de la Castellana, 4.